sábado, 19 de diciembre de 2009

Entregas atemporales










Entregas atemporales




"Mi testigo es el cielo vacío."

Jack Kerouac





Navego sobre un frágil islote de la noche.

Libre de tardanzas
busco la espuma
que pende de tu margen.
Aguas huérfanas y un nido.
Una fragancia barroca
nubla mi perdidiza mente
mientras burlonas avecillas incoloras
agitan un cuenco pagano entre mis piernas.
Aguas huérfanas y un nido.
Pierdo el sueño
he quedado sin tiempo
la aguja cosida al cero
une heure, une belle heure
extravío un haz de flores frescas en tu templo
mientras recuerdo
súbitamente
que siempre
derrocho mirra
y desbordo peces de mi sagrado estanque
bajo el insomnio de tu cima turbulenta.
Aguas huérfanas y un nido.

Luego la aurora se despereza.

Lenta es la luz
envolvente
diáfana
sin pies
ni cabeza
sigilosa
llegando va
llegando
casi sin llegar
hasta el portal donde crepitan nuestros leños
para arroparnos de un puñado de últimos sueños indecentes.
Aguas huérfanas y un nido.
Y permanecemos impuros
o líquidos
o salinos
o gajos
o flujos
o sonámbulos
o gavilanes
o lentos huracanes.

Aguas huérfanas y un nido.

Flota el día.

Aguas huérfanas
y un nido.

Aguas huérfanas
y un nido
huero
bello e infinito
tu ofrenda de frágil eternidad
dentro de mí.

Eso es yacer.




Gabi Romano
Del poemario "Opúsculo de amor" (1998)
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