miércoles, 26 de mayo de 2010

O sancta simplicitas!











O sancta simplicitas!


Como quien levanta una falda,
él se arrojó a preguntar
con elemental irreverencia
y letal atrevimiento:

-Por qué?


Ella,
desfaldada casi,
lo desafío respondiendo
desde la soberanía infantil 
y el capricho rotundo:

-Porque me place.






(*) Oh, santa simplicidad!
Frase adjudicada durante el martirio de la hoguera -a la que se le había condenado por hereje- al checo Jan Hus (1369-1415). Se dice que Hus dijo estas palabras al ver como una viejecita del pueblo, motivada por sus convicciones religiosas, arrojaba unas pajillas secas  al fuego en que aquél ardía.




Gabi Romano
Del poemario "Las colinas de Afrod
ita" (1994)



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